La beatificación del siervo de Dios Juan Pablo II que presidirá el Papa Benedicto XVI el próximo 1 de mayo será histórica porque en los últimos diez siglos ningún pontífice había elevado a los altares a su predecesor inmediato.
El director del diario vaticano L'Osservatore Romano, Giovanni Maria Vian, señala en la edición del 16 de enero que "es necesario volver hasta el corazón del medioevo para encontrar una situación análoga, pero en contexto no se puede comparar con la decisión de Benedicto XVI: en los últimos diez siglos ningún Papa ha elevado a los honores de los altares a su inmediato predecesor".
Vian explica que "Pietro del Morrone (Celestino V) fue canonizado en 1313 -menos de veinte años luego de morir- por su tercer sucesor, y más de dos siglos antes fue reconocida la santidad de León IX y de Gregorio VI, fallecidos en 1054 y 1085 respectivamente".
Tras recordar que el último Papa canonizado es San Pío X, el director de LOR recuerda que lo fundamental en toda causa de beatificación y canonización "es exclusivamente la ejemplaridad de vida de quien, con expresión escriturística, está definido para el servicio de Dios".
Como dijo Pablo VI al anunciar el inicio de la causa de sus dos predecesores inmediatos, Juan XXIII y Pío XII, esto asegura que se mantenga "el patrimonio de su heredad espiritual" al margen de "cualquier otro motivo, que no sea el culto de la verdadera santidad, es decir, la gloria de Dios y la edificación de su iglesia".
"Y un auténtico servidor de Dios fue Karol Wojtyla, apasionado testimonio de Cristo para la juventud hasta el último suspiro. De esto, muchísimos, incluso no católicos y no cristianos, pudieron darse cuenta durante su vida ejemplar".
Por todo esto y mucho más, concluye Vian, Benedicto XVI ha decidido presidir la beatificación del Papa peregrino "para presentar al mundo el modelo de santidad personal de Juan Pablo II".
Prot. N. 2666-1/05
ROMANA
de Beatificación y Canonización
del Siervo de Dios JUAN PABLO II
(Karol Woytila)
Sumo Pontífice
A petición del eminentísimo y reverendísimo señor cardenal Camillo Ruini, Vicario General de Su Santidad para la Diócesis de Roma, el Sumo Pontífice BENEDICTO XVI, teniendo en cuenta las peculiares circunstancias expuestas, en la audiencia concedida al mismo cardenal vicario general el día 28 del mes de abril de este año 2005, ha dispensado del tiempo de cinco años de espera después de la muerte del siervo de Dios Juan Pablo II (Karol Wojtyła), Sumo Pontífice, de modo que la causa de beatificación y canonización del mismo siervo de Dios pueda comenzar enseguida. No obstante cualquier cosa en contrario.
Dado en Roma, en la sede de esta Congregación para las causas de los santos, el día 9 del mes de mayo del año del Señor 2005.
Cardenal José Saraiva Martins, C.M.F.
Prefecto
Edward Nowak
Arzobispo titular de Luni
Secretario
Roma,
18 de mayo de 2005
Causa de Beatificación y Canonización del Siervo de Dios JUAN PABLO II
(en el siglo Karol Wojtyla) Sumo Pontífice
Edicto
Vicario General Cardenal Camillo Ruini
Notario Giuseppe Gobbi
Todos los sentimientos negros del mundo y los deseos mas perversos del corazón humano llegaron a esta reunión con curiosidad de saber cual era el propósito.
Cuando estuvieron todos hablo el Odio y dijo: “los he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien".
Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el Odio que estaba hablando y el siempre quiere matar a alguien, sin embargo todos se preguntaban entre si quien seria tan difícil de matar para que el Odio los necesitara a todos.
Quiero que maten al Amor", dijo. Muchos sonrieron malévolamente pues más que uno le tenía ganas.
El primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo: Yo iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto, provocare tal discordia y rabia que no lo soportara". Al cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el reporte del Mal Carácter quedaron tan decepcionados. Lo siento, lo intente todo pero cada vez que yo sembraba una discordia, el Amor la superaba y salía adelante.
Fue entonces cuando muy diligente se ofreció la Ambición que haciendo alarde de su poder y dijo: En vista de que El Mal Carácter fracaso, iré yo. Desviaré la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y por el poder. Eso nunca lo ignorará. Y empezó la ambición el ataque hacia su víctima quien, efectivamente cayo herida pero después de luchar por salir adelante renuncio a todo deseo desbordado de poder y triunfó de nuevo.
Furioso el Odio, por el fracaso de la Ambición envío a los Celos, quienes burlones y perversos inventaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar el amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas.Pero el Amor confundido lloró, y pensó, que no quería morir y con valentía y fortaleza se impuso sobre ellos y los venció.
Año tras año, el Odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros, envío a la Frialdad, al egoísmo, a la Cantaleta, La Indiferencia, la Pobreza, La Enfermedad y a muchos otros que fracasaron siempre porque cuando el Amor se sentía desfallecer tomaba de nuevo fuerza y todo lo superaba.
El Odio convencido de que el Amor era invencible les dijo a los demás: Nada que hacer. El Amor ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo logramos. De pronto de un rincón del salón se levanto un sentimiento poco conocido y que vestía todo de negro y con un sombrero gigante que caía sobre su
rostro y no lo dejaba ver, su aspecto era fúnebre como el de la muerte: "Yo matare el Amor", dijo con seguridad.
Todos se preguntaron quien era ese que pretendía hacer solo, lo que ninguno había podido. El Odio dijo, ve y hazlo".
Tan solo había pasado algún tiempo cuando el Odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles después de mucho esperar por fin EL AMOR HABIA MUERTO.
Todos estaban felices pero sorprendidos. Entonces el sentimiento del sombrero negro habló: Ahí les entrego el Amor totalmente muerto y destrozado y sin decir más se marchó.
Espera " dijo el Odio, en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir. ¿¿Quien eres??
El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo:
SOY LA RUTINA.
La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos pero temperamentos más cortos, autopistas más anchas pero puntos de vista más estrechos.
Gastamos más pero tenemos menos, compramos más pero disfrutamos menos.
Tenemos casas más grandes pero familias más pequeñas, más compromisos pero menos tiempo.
Tenemos más títulos pero menos sentido común, más conocimiento pero menos criterio, más expertos pero más problemas, más medicinas y menos salud.
Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros valores.
Hablamos mucho, amamos poco, odiamos demasiado.
Aprendimos a armar una vida pero no a vivirla plenamente.
Hemos llegado a la luna y regresado pero tenemos problemas a la hora de cruzar la calle y conocer a nuestro vecino...
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior; limpiamos el aire pero polucionamos nuestras almas.
Tenemos mayores ingresos, pero menos moral.
Hemos aumentado la cantidad pero no la calidad.
Estos son tiempos de personas más altas con caracteres más débiles, con más libertad pero menos alegría, con más comida pero menos nutrición.
Son días en los que llegan dos sueldos a casa pero aumentan los divorcios; son tiempos de casas más lindas pero hogares rotos, un tiempo con demasiado en la vidriera y poco de puertas adentro.
Y es un tiempo en que la tecnología puede hacerte llegar este mensaje y al mismo tiempo tú puedes decidir marcar la diferencia o apretar eliminar.
"No guardes nada para una ocasión especial".
Cada día que vives es una ocasión especial, por eso...
Lee más y limpia menos. Siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte únicamente en las malas hierbas.
Pasa más tiempo con tu familia y amigos y menos tiempo trabajando.
La vida es una sucesión de experiencias para disfrutar no para sobrevivir...
Usa tus copas de cristal, ponte tu nueva ropa para ir al supermercado.
No guardes tu mejor perfume para esa fiesta especial, úsalo cada vez que te den ganas de hacerlo.
Las frases "algún día", "uno de estos días"... quítalas de tu vocabulario.
Si vale la pena hacerlo, oirlo, verlo, quiero poder disfrutarlo ahora.
Si supiéramos el tiempo de vida que nos queda, seguramente desearíamos estar con nuestros seres queridos, iríamos a comer nuestra comida preferida, visitaríamos los sitios que amamos...
Son pequeñas cosas las que nos harían enojar si supiéramos que nuestras horas están limitadas...
Enojados porque dejamos de ver a nuestros mejores amigos, enojados porque no escribimos aquellas cartas que pensábamos escribir "uno de estos días", enojados y tristes porque no dijimos a nuestros padres, hermanos, sobrinos, amigos, cuánto los queremos.
Por eso... no intentes retardar o detener o guardar nada que agregaría risa y alegría a tu vida, cada día, hora, minuto, semana, es especial.
Para las personas que dicen que no tienen tiempo de nada o una agenda saturada Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia.
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